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¿Con qué frecuencia y cuándo ir al veterinario?

Si quieres cuidar bien de la salud de tu mascota, las visitas periódicas al veterinario son esenciales. Lo mínimo es un chequeo anual, que no se limita a las vacunas. Una o incluso dos veces al año, su perro debe someterse a un análisis de sangre, orina y heces, que permite la detección precoz de enfermedades. La detección precoz de enfermedades tiene un efecto importante en su rápida recuperación. Las visitas regulares también permiten que su mascota se acostumbre a las visitas al veterinario, lo que facilita al veterinario un diagnóstico más preciso del problema en caso de enfermedad.

Elección racional del veterinario. Recuerde que la salud y la esperanza de vida de su mascota dependen de la eficacia de su colaboración con el veterinario. La base de esta interacción es la confianza mutua. El veterinario necesita saber que usted le da la información correcta y que comprende que el objetivo del veterinario es ayudar, no sólo obtener un beneficio económico. Por un lado, no hay que pensar que unos pocos artículos de internet (o incluso unas docenas) pueden sustituir años de formación profesional. Por lo tanto, no debemos cuestionar sin razón la experiencia de un veterinario sólo porque hayamos leído o escuchado algo (pero hacer una pregunta o pedir aclaraciones sobre una prescripción es bienvenido).

Observando el comportamiento de su perro puede detectar cualquier cambio que pueda indicar problemas de salud. Aunque a veces puede tratarse de un día normal de bajón, la falta de apetito, la disminución de la sed y el retraimiento de su mascota deben ser motivo de preocupación. Si observa regularmente los excrementos de su perro, podrá detectar posibles problemas digestivos, como diarreas frecuentes o dificultad para defecar, que pueden ser signo de enfermedad o de la necesidad de un cambio de dieta. También merece la pena vigilar el estado del pelaje y la piel, ya que el enrojecimiento de la piel y el rascado excesivo pueden indicar alergias alimentarias o reacciones alérgicas al polen. Aunque rascarse es normal, el rascado excesivo puede indicar la presencia de pulgas, alergias o infecciones bacterianas o fúngicas. El rascado excesivo también puede provocar infecciones, ya que las heridas causadas por el rascado pueden infectarse.

 


¿Cuáles son las enfermedades más comunes de los animales de compañía? ¿A qué enfermedades está expuesto su perro o gato? Las enfermedades más comunes de los perros incluyen sarro, conjuntivitis y úlceras corneales, desparasitación, infecciones de oído fiebre, diarrea, vómitos. Las enfermedades felinas más comunes, infección del tracto urinario inferior, pulgas, parásitos internos, diarrea, problemas oculares, diabetes felina.

Especialmente en primavera, debe revisar la piel de su perro o gato con regularidad. La temporada de garrapatas suele comenzar en marzo o abril, aunque si es un invierno más cálido podemos traer garrapatas mucho antes. Solemos vigilar las garrapatas después de un paseo por el bosque, pero son portadoras de enfermedades con menos frecuencia que las garrapatas urbanas. Las garrapatas de las ciudades se infectan con la enfermedad de Lyme más a menudo que las de los bosques, con casi una de cada dos garrapatas infectadas. La mayor tasa de infección se explica por el hábitat específico de los parques forestales urbanos, en los que prosperan los animales portadores de la enfermedad de Lyme. La garrapata se arrastra por el pelaje, se acerca a la piel y busca un lugar adecuado para picar. Las garrapatas suelen preferir las zonas del cuerpo donde la piel es fina y menos velluda. Es más frecuente encontrarlas alrededor del hocico, las orejas, las axilas, la ingle y también en la piel sin pelo del abdomen. Si quiere saber cuál es el riesgo de contraer una infección por garrapatas al aire libre, consulte las previsiones de actividad de las garrapatas en Internet.